En 1948 Alberto Larraguibel con «Huaso» baten el récord Sudamericano de 2,47 metros de altura. En 1949 concursaban dos binomios por el récord mundial. Fueron el capitán Larraguibel y Huaso y el teniente Riquelme y su caballo «Chileno», pero estos se desplomaron sobre un salto dejando la pasada a Huaso y Alberto Larraguibel. El primer intento de pasar el salto, el caballo rehusó, negándose a pasar las varas; El 2do intento, Huaso pasó las manos, pero rozó con el vientre botando una de las varas. En el tercer y último intento, pasaron bien. La gente presente ese día, dice que cuando el binomio estaba en su último intento, era un silencio palpable. Cuándo el animal elevó el vuelo, nadie respiraba, y cuando sus patas delanteras tocaron el suelo, fue un completo griterío. Gente gritaba, gente lloraba, inclusive se acercaron a «Huaso» para arrancarles crines como recuerdos. La banda del ejercito empezó a tocar el himno nacional, apenas el caballo tocó el suelo.
Después de batir el récord mundial de salto alto, Huaso pasó a un merecido descanso en la Escuela de Caballería del Ejército en Quillota (actual Escuela de Equitación), donde tenía el derecho de pasearse por los prados y jardines sin que nadie lo montara hasta el día de su muerte, el 24 de agosto de 1961, a los 28 años. Actualmente sus restos descansan en la misma Escuela de Equitación del Ejército en Quillota. Su hazaña no ha sido superada aún, manteniendo el récord mundial de salto alto en equitación.
Se ha intentado reiteradas veces romper el récord de Huaso, pero hasta hoy no se a logrado. Es un récord chileno que lleva invicto 64 años.
A fines de 2007 se instaló un monumento en su recuerdo ubicado en la avenida Jorge Montt de Viña del Mar cercano al reloj de sol.
Existe un libro que relata la vida de Huaso, llamado Caballo Loco campeón del mundo por Luis Alberto Tamayo
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